47 y persiguiendo a los insolentes. La empresa prosperó en sus
manos:
48 arrancaron la Ley de mano de gentiles y reyes, y no consintieron
que el pecador se impusiera.
49 Los días de Matatías se acercaban a su fin. Dijo entonces a sus
hijos: «Ahora reina la insolencia y la reprobación, es tiempo de ruina y de
violenta Cólera.
50 Ahora, hijos, mostrad vuestro celo por la Ley; dad vuestra vida por
la alianza de nuestros padres.
51 Recordad las gestas que en su tiempo nuestros padres realizaron;
alcanzaréis inmensa gloria, inmortal nombre.
52 ¿No fue hallado Abraham fiel en la prueba y se le reputó por
justicia?
53 José, en el tiempo de su angustia, observó la Ley y vino a ser señor
de Egipto.
54 Pinjás, nuestro padre, por su ardiente celo, alcanzó la alianza de un
sacerdocio eterno.
55 Josué, por cumplir su mandato, llegó a ser juez en Israel.
56 Caleb, por su testimonio en la asamblea, obtuvo una herencia en
esta tierra.
57 David, por su piedad, heredó un trono real para siempre.
58 Elías, por su ardiente celo por la Ley, fue arrebatado al cielo.
59 Ananías, Azarías, Misael, por haber tenido confianza, se salvaron
de las llamas.
60 Daniel por su rectitud, escapó de las fauces de los leones.
61 Advertid, pues, que de generación en generación todos los que
esperan en El jamás sucumben.
62 No temáis amenazas de hombre pecador: su gloria parará en
estiércol y gusanos;
63 estará hoy encumbrado y mañana no se le encontrará: habrá vuelto
a su polvo y sus maquinaciones se desvanecerán.
64 Hijos, sed fuertes y manteneos firmes en la Ley, que en ella
hallaréis gloria.
65 Ahí tenéis a Simeón, vuestro hermano. Sé que es hombre sensato;
escuchadle siempre: él será vuestro padre.
66 Tenéis a Judas Macabeo, valiente desde su mocedad: él será jefe
de vuestro ejército y dirigirá la guerra contra los pueblos.